domingo, 15 de mayo de 2011

Carta


Os traigo en primicia, pequeños románticos, el trabajo que he de entregar para la asignatura de Estética de la Modernidad. Consistía en una excursión que hicimos a un faro que hay por estos lares, pasamos el día allí, caminamos mucho, tanto por el camino marcado como montaña arriba y montaña abajo. Pero no contenta con aquella excursión, dado que fuimos una clase de sesenta personas y había demasiada gente y yo ya había visitado aquel lugar, a esa hora, muchas veces; así que, dos compañeras y yo nos aventuramos a ir en una noche de luna llena, caminamos hasta el faro, y nos quedamos hasta que la Luna hizo su aparición (la foto es de esa noche). Así que aproveché aquel momento, aquel sentimiento, aquel lugar, el viento, la luna amarilla, la soledad, el viento, el mar, las olas, el olor...todo...y lo volqué en algo, que para mi gusto es romántico. Quizás trágico, pero qué en este mundo no lo es. Espero que os guste (y a mi profesora también!)

"Querida Amada:
He recordado el salitre del mar que embadurnaba nuestra piel. Aquel salitre que volaba de las olas que, furiosas, chocaban en aquel acantilado cerca del faro.
Lo he recordado porque aquel día nuestros besos eran salados, amargos como nuestro final. Un final que no pude predecir, un final en el que, con tus propias manos arrancaste el corazón de mi pecho y lo tiraste a las furiosas olas que erosionaban las rocas. Allí quedó aquella pequeña mancha rojiza diluyéndose poco a poco entre la espuma.

Mas la sed de mis labios por tu besos no cesa en el intento de materializar tu recuerdo, ése en el que nos besamos por primera vez y tú, vergonzosa como siempre, no me miraste a los ojos, simplemente sonreíste y a la luna, testigo de nuestras escapadas, le regalaste la más bella de tus miradas.
Maldita, maldita luna, ella causó tu distancia. Estabas enamorada más de ella que de mí. A ella le regalabas palabras que a mí solo me contabas; a aquel astro nocturno le regalaste tus miradas, sonrisas y suspiros. Yo me quedé con la parte carnal, y a veces ni eso, porque sé que después de hacernos el amor y descansar abrazadas tú te dormías mirándola a ella por el cristal de la ventana.

Tantas noches he sufrido en silencio tu distancia que ya no sabía si era cierto o era parte de mi locura de enamorada, pero veo que no, que tu corazón no era capaz de latir por las dos y aquí me tienes, latiendo y llorando por ti en este faro, que atesora parte de nuestra vida juntas. Faro en el que hemos vivido tantos amaneceres; en el que te dije que te amaba por primera vez. Pero cada minuto que pasábamos aquí me traicionabas con tus miradas furtivas a la luna.

Las gotas de lluvia caen sobre mí, sobre el papel, recorren mi pelo y mi cara, mezclándose con mis lágrimas.
Los truenos retumban en mis oídos y los relámpagos iluminan mi escritura. Pero por encima de todo oigo tu risa, tus susurros, tus orgasmos, tus palabras, todo lo que me diste y ahora sólo me queda en el recuerdo. Un triste y vago recuerdo que me perseguiré el resto de la eternidad.
Tú, mi vida, mi alma, mi resplandor de luz; ¿qué has hecho de mí que no queda más que un amasijo de carne y lágrimas?
Mi interior se desgarra en sangre y entrañas al pensar que te he perdido para siempre jamás. Lo he dado todo por ti, todo lo que tengo te lo he regalado, tú, en tu trono de plata, ¿qué me has devuelto? Un adiós. Un adiós eterno que mi corazón no ha soportado. Un adiós que me ha provocado un vacío interno, sintiendo mi cuerpo más ligero, haciendo que me sienta capaz de volar por esta noche estrellada. ¿Probamos? ¿Probamos a ver si tu abandono me ha dado la capacidad de volar? ¡LA LIBERTAD! Libertad es lo que siento, pero también temor, horror y sobre todo, dolor...
Me provocas dolor, daño, pánico. Eres mi más dulce sueño y mi más horrible pesadilla. Pero te amo. Te amo como nunca he amado a nadie, como jamás amaré a nadie y sólo tú eres la dueña de ese amor. Pero no lo quieres. Lo odias. Lo abandonas. Lo humillas y lo destruyes tan fácilmente como si partieses un palillo en dos. ¿Te has divertido mofándote de mí? ¿Diciéndome que me querías cuando no era así? Yo sí me he divertido llorando hasta quedarme dormida, recordándote en mi habitación vacía o guardando nuestros recuerdos en una caja.

Te odio, pero te amo. Te olvido de día y te recuerdo de noche. Me río de ti, pero sobre todo, lloro por ti.
Sentimientos opuestos encontrados en mi alma, que se pelean en una guerra interna causándome estados de ánimo que ni yo misma recuerdo.

Mi amor, dejo esta carta a merced del viento, confiando en que sean los dioses lo que te la hagan llegar a tu puerta.
Ahora yo, aquella con el corazón muerto, descansaré en paz en mi tumba marina.
Recuerda siempre, el nombre de aquella que te amó de verdad pues mi alma, encarcelada en el océano, susurrará tu nombre cada vez que las olas quieran salirse del mar.

Siempre mía.
Siempre tuya.
Siempre nuestro.

Aeternus Amor.
-M-

3 comentarios:

  1. *.* me gusto muchisimo! pero es muy triste, es triste y bonito a la vez y te hace sentir un poco incomodo xD estoy segura de q a tu profe le encantara, ya nos diras q nota te pone! espero q un 10! =)

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  2. Eso espero yo también! =D

    Gracias Suzu^^

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  3. Comparto el sentimiento de Suzu. La foto es preciosa!!

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